
Displasia de codo
Cuando hablamos de “displasia” nos referimos a una enfermedad articular degenerativa.
El codo es una articulación compleja formada por tres huesos (el radio, el cúbito y el húmero). Si los tres huesos no encajan a la perfección, como consecuencias de alteraciones en el crecimiento, se produce una distribución anómala del peso sobre distintas zonas de la articulación.
Esto va a provocar diferentes patologías y puede que más de una al mismo tiempo.
- Enfermedad del Proceso Coronoideo medial (MCD).
- No-Unión del Proceso Ancónea (UAP).
- Osteocondrosis (OC) u Osteocondritis Disecante (OCD) del cóndilo humeral medial.
- Incongruencia articular.
Los perros afectados por la displasia de codo suelen mostrar signos desde una edad temprana, normalmente a partir de los 5 meses, pero algunos no son diagnosticados hasta los 4-6 años y otros en avanzada edad cuando desarrollan artritis.
En gatos es más frecuente ver esta patología en gatos de edad adulta o de avanzada edad. Más común en gatos que hayan sufrido un atropello o en “gatos paracaidistas”.
Los perros con este problema desarrollan una cojera con dolor en las patas delanteras que suele empeorar a lo largo de las semanas o meses. La cojera suele agravarse después del ejercicio y por lo general nunca desaparece del todo con reposo.
La displasia de codo es un problema hereditario que puede aparecer en la mayoría de las razas, pero sobretodo en razas de perro grandes o gigantes y razas condrodistróficas.
Afecta a los dos codos hasta el 80% de los casos.
Por desgracia, una vez que la articulación del codo está dañada, bien por la pérdida de cartílago, por una enfermedad del espacio medial o por la falta de unión del proceso ancóneo, se produce un círculo vicioso de inflamación y más daños del cartílago. A la larga, esto causa la artritis progresiva de la articulación del codo, que genera dolor y pérdida de la función.
El diagnóstico de la displasia de codo suele hacerse por combinación de un examen ortopédico y un diagnóstico por imagen, incluyendo radiografía, TAC o artroscopia exploratoria.
Normalmente las radiografías son las primeras pruebas que se realizan en animales que sospechamos con esta patología. En la mayoría de casos nos mostrarán cambios en los perros afectados, pero en otros casos se deberá realizar un TAC para tener diagnosticarlo.
El tratamiento dependerá principalmente de la sintomatología del animal de la causa principal de la displasia de codo.
Coronodectomía subtotal (SCO)
El aspecto medial del proceso coronoides es retirado y se debrida el hueso subcondral para estimular la formación de fibrocartílago.
Osteotomía cubital
Osteotomía proximal de cúbito con o sin aguja intramedular o en el caso de UAP osteotomía proximal con tornillo de compresión.
Liberación del bíceps cubital (BURP)
Evita las fuerzas compresivas entre el cúbito y el radio.
Ostectomía distal del cúbito (PUO)
Para tratar patologías congénitas como “radius curvus” y en animales muy jóvenes.
Osteotomía proximal de abducción de cúbito (PAUL)
Selección del paciente (perros entre 1 y 9 años)
Enfermedad del compartimento medial con o sin osteoartritis
Animales que no responden a tratamiento conservador o manejo con artroscopia.
Con mejoría de un 78% de los pacientes, basados en la opinión de los propietarios
Excluiremos a pacientes mayores de 9 años de edad con avanzada osteoartritis, con el compartimento medial y lateral afectados.